Durante una noche en que no salió la luna,
una Cigarra conversaba con su Estrella
y platicando aquella vez como ninguna,
no daba crédito al poder hablar con ella.
Y le abrió su corazón aquella noche
y ya sin pena le contó cuánto la amaba,
de aquel amor se oyó el cantar con tal derroche,
que con su canto a la Estrella embelesaba.
Le contó la historia de un amor inconcebible,
de la añoranza que alimentó siempre su fuego,
de la agonía de saber que era imposible
que aquella Estrella descendiera desde el Cielo.
Y la Cigarra cantó su canto con el alma
y a la noche le plasmó sus sentimientos…
tengo mis dudas si a su Estrella la cimbrara…
mas, con su cantar, aquella noche, iba muriendo.
Y ya jamás se oyó el cantar de la Cigarra,
su bella Estrella, le ilumina aún su firmamento,
nadie la amó con tal pasión y tanta garra,
ni la han amado como yo la estoy queriendo.
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